La bondad es, por así decirlo, ella misma, mientras que la maldad es sólo bondad echada a perder.
Y para que algo se estropee primero tiene que ser bueno.Al sadismo lo consideramos una perversión sexual, pero primero hemos de tener la idea de una sexualidad normal para después llamarla pervertida; y podemos ver cuál es la perversión porque podemos explicar lo perverso a partir de lo normal, y no podemos explicar lo normal a partir de lo perverso. Se sigue que este Poder Malo, que se supone está en términos de igualdad con el Poder Bueno y que ama la maldad del mismo modo que el Poder Bueno ama la bondad, es un mero espejismo.
Para ser malo debe tener cosas buenas para desearlas y luego perseguirlas de una manera equivocada: debe tener impulsos que fueron originalmente buenos para poder pervertirlos.
Pero si es malo no puede proporcionarse a sí mismo cosas buenas para desearlas o buenos impulsos para pervertirlos. Debe de recibir ambos del Poder Bueno. Y si es así, entonces no es independiente. Forma parte del mundo del Poder Bueno: o fue creado por el Poder Bueno o por algún poder que los supere a ambos.
Digámoslo de manera aún más sencilla.
Digámoslo de manera aún más sencilla.
Para ser malo, debe existir y poseer inteligencia y voluntad.
Pero la existencia, la inteligencia y la voluntad son en sí mismas buenas.
Por lo tanto debe estar obteniéndolas de un Poder Bueno: incluso para ser malo debe pedir prestado o robar a su oponente.
¿Empezás a comprender por qué el cristianismo ha dicho siempre que el demonio es un ángel caído? Eso no es un mero cuento infantil.
Es un reconocimiento real de que el mal es un parásito, no la cosa original.”
(C. S. Lewis)
📚Extracto de “Mero cristianismo”
(C. S. Lewis)
📚Extracto de “Mero cristianismo”