El único que puede decir: "YO SOY" (Cristología)
Contrario
a las apariencias, todo intento de vincular a Cristo con otros maestros
religiosos, es superficial, y conduce al error.
El no es sólo diferente
a ellos, sino radicalmente diferente.
No hay un punto en común, no hay
un puente que lo unifique a El con los otros.
Cristo, y sólo Cristo,
presenta la salvación como un regalo otorgado por Dios a los pecadores
sin esperanza.
Cristo también es único, debido a quien afirmaba ser.
Piensa acerca de sus sorprendentes afirmaciones.
Durante la revolución de 1918, en lo que llegaría a ser la Unión Soviética,
Lenin dijo que si el comunismo era implementado, habría suficiente pan
en cada hogar. Sin embargo, nunca tuvo el coraje de decir: Yo soy el pan
de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree,
no tendrá sed jamás (Jn. 6:35).
Hitler lanzó asombrosas afirmaciones referentes al papel de Alemania en el planeta tierra, creyendo que estaba promoviendo
un Reich (gobierno) de 1.000 años, pero a pesar de sus exageradas
afirmaciones, nunca dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí (Jn. 14:6).
Buda enseñó la
iluminación, y sin embargo murió buscando más luz. Nunca dijo: Yo soy la
luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida (Jn: 8:12).
Los gurús de la Nueva Era nos
aseguran la veracidad de la doctrina de la reencarnación, diciendo que
sere-mos reciclados hasta que "lleguemos a ser correctos".Pero no tienen
el valor de decir: Yo soy la resurreccióny la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá.Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eterna-mente (Jn. 11:25-26).
Mahoma afirmó que él y sus tribus
eran descendientes de Ismael, el otro hijo de Abraham, pero no pudo
decir: De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy (Jn
.. 8:58).
Freud creía que la sicoterapia sanaría los dolores
emocionales y espirituales de la gente, pero, a pesar de eso no pudo
decir: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Jn. 14:27)
No fueron las ideas de Cristo las que nos salvaron, sino el acto de su
muerte. Esto explica por qué Cristo no tiene ningún otro equivalente
entre los profetas y maestros del mundo.
El está en oposición a todo lo
que el mundo cree.
En algunos desfiladeros de Norteamérica, dos
montañas pueden parecer unidas, pero a medida que nos acercamos,
observamos que están separadas por un abismo. Estas altísimas laderas
descienden miles de metros sin llegar nunca a estar cerca la una de la
otra, y encontrándose separadas por un rápido, oscuro y profundo río que
no se puede cruzar.
E.Lutzer