viernes, 7 de junio de 2013

El único que puede decir: "YO SOY" (Cristología)

Contrario a las apariencias, todo intento de vincular a Cristo con otros maestros religiosos, es superficial, y conduce al error. 

El no es sólo diferente a ellos, sino radicalmente diferente. 

No hay un punto en común, no hay un puente que lo unifique a El con los otros. 

Cristo, y sólo Cristo, presenta la salvación como un regalo otorgado por Dios a los pecadores sin esperanza.

Cristo también es único, debido a quien afirmaba ser.

Piensa acerca de sus sorprendentes afirmaciones. 

Durante la revolución de 1918, en lo que llegaría a ser la Unión Soviética,
Lenin dijo que si el comunismo era implementado, habría suficiente pan en cada hogar. Sin embargo, nunca tuvo el coraje de decir: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás (Jn. 6:35).

Hitler lanzó asombrosas afirmaciones referentes al papel de Alemania en el planeta tierra, creyendo que estaba promoviendo un Reich (gobierno) de 1.000 años, pero a pesar de sus exageradas afirmaciones, nunca dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Jn. 14:6).

Buda enseñó la iluminación, y sin embargo murió buscando más luz. Nunca dijo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn: 8:12).

Los gurús de la Nueva Era nos aseguran la veracidad de la doctrina de la reencarnación, diciendo que sere-mos reciclados hasta que "lleguemos a ser correctos".Pero no tienen el valor de decir: Yo soy la resurreccióny la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eterna-mente (Jn. 11:25-26).

Mahoma afirmó que él y sus tribus eran descendientes de Ismael, el otro hijo de Abraham, pero no pudo decir: De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy (Jn .. 8:58).

Freud creía que la sicoterapia sanaría los dolores emocionales y espirituales de la gente, pero, a pesar de eso no pudo decir: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Jn. 14:27)

No fueron las ideas de Cristo las que nos salvaron, sino el acto de su muerte. Esto explica por qué Cristo no tiene ningún otro equivalente entre los profetas y maestros del mundo. 

El está en oposición a todo lo que el mundo cree. 

En algunos desfiladeros de Norteamérica, dos montañas pueden parecer unidas, pero a medida que nos acercamos, observamos que están separadas por un abismo. Estas altísimas laderas descienden miles de metros sin llegar nunca a estar cerca la una de la otra, y encontrándose separadas por un rápido, oscuro y profundo río que no se puede cruzar.

E.Lutzer