lunes, 22 de junio de 2015

Re-Volver.


Y se dijeron uno a otro
¿No ardía nuestro corazón
dentro de nosotros
mientras nos hablaba en el camino
cuando nos abría las escrituras?
Lucas 24:32
-En los días de Josías, el libro de la ley fue encontrado en el templo, y la humilde respuesta por parte de Josías a lo que el libro exigía cambió su generación. 

-Más adelante, Jesús enfrentó a los líderes religiosos de Su tiempo, quienes, con tanta preocupación por la ley, la habían enterrado bajo sus tradiciones religiosas. 

-Durante la Edad Media, numerosas órdenes monásticas encontraban a menudo que la iglesia (u otras órdenes anteriores) se encontraba corrompida y lejos del mensaje de los apóstoles, y les llamaba a que lo retomaran.

-John Wycliffe, un profesor de la Biblia en Oxford, desafió a la jerarquía eclesiástica de su época. Después de haber perdido su puesto, comenzó a enviar a sus estudiantes a los campos con traducciones de las Escrituras para que predicasen. Aunque Inglaterra detuvo su labor, ésta permaneció latente, lista para florecer otra vez en la Reforma Inglesa un siglo después.

-Lutero, profesor que enseñaba la Biblia, desafió la explotación de los campesinos llevada a cabo por la jerarquía eclesiástica, llamando a la iglesia a que fuera de vuelta a las Escrituras (otros reformadores tuvieron el mismo énfasis, algunos queriendo llevar el asunto más allá de lo que hizo Lutero). 

-Cuando muchos luteranos llegaron a ser indulgentes en su fe, Philipp Jakob Spener, profesor de la universidad, contribuyó a motivar el movimiento pietista con su enseñanza bíblica, también haciendo un llamado a que la gente viviera las Escrituras.

A través de la historia, muchos de los avivamientos más grandes sucedieron cuando la gente se volvía a las Escrituras, permitiéndole que les desafiara a escuchar nuevamente el mensaje de Dios en su generación. 

En muchas partes del mundo la iglesia necesita regresar a la Biblia tanto o más que aquellos, buscando de Dios un viento fresco del Espíritu que desafíe muchas de las cosas que se hacen en el nombre de Dios, Su Palabra o Su Espíritu.  

Que podamos orar por tal avivamiento, escudriñar las Escrituras por nosotros mismos, y convertirnos en agentes de Dios propagando Su mensaje. 
                                                                              Craig Keener

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