Hace un tiempo necesitabas dinero, así que hiciste algo que siempre te desacreditó con tu familia y amigos.
Te uniste al Imperio para ser uno de sus tantos recaudadores de impuestos.
Tus propios compatriotas te ven como un traidor. Y con razón.
Los del imperio han oprimido y maltratado a tu pueblo durante mucho tiempo.
Y en lugar de estar junto a su propia gente, te pusiste del lado de los opresores para obtener un progreso financiero.
Ahora sos odiado por tus propios hermanos. Se te prohíbe comer con ellos.
Tienes prohibido asistir a sus reuniones religiosas.
Ya no sos bienvenido ni por tus propios familiares.
Has oído acerca de un famoso profeta. Te fascinan las historias que has escuchado acerca de él.
Él está en tu ciudad y sales a verlo
Siendo que eres conocido por baja estatura, no lo puedes ver en medio de la multitud mientras camina por tu aldea.
Así que para verlo no te queda otra alternativa que subir a un árbol.
El profeta cruza la mirada con vos.
Luego hace algo impactante.
Se invita a tu casa a cenar contigo.
Estas aturdido
Has sido rechazado por todos los judíos que te conocen.
Todos se han dado por vencidos contigo.
Pero, este santo profeta, quiere cenar contigo en tu propia casa.
Él te extiende la mano derecha de amistad y compañerismo cuando nadie más lo hace.
La infalible gracia de Dios toca tu vida a través de la sorprendente invitación, y tu vida cambia.
Es tan grande lo que inunda que cambia toda tu mente y tu ser, tanto así que prometes devolver lo que le has robado a otros con interés agregado.
Y decidís dar la mitad de tus posesiones a los pobres.
Ahora, que profeta más increíble, ¿no es así?
Yo me pude enamorar de un profeta así.
Vos, ¿Te podrías enamorar de un profeta así?
Su nombre es Jesús, algunos lo mal interpretan, pero él sigue siendo el mismo de ese día, no ha cambiado, y esta historia la podés encontrar en el capítulo 19 del evangelio, de Lucas.
Idea tomada de "insurgence" Frank Viola
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