martes, 13 de octubre de 2020

Cosas fundamentales y cosas no esenciales


Es de tremenda importancia distinguir entre pasajes que tratan de asuntos de vital importancia y aquellos que tratan de cosas no esenciales.

1. Cuando tratamos con doctrinas o principios bíblicos básicos son de aplicación un cierto conjunto de principios.

2. Por otra parte, cuando tratamos con temas moralmente indiferentes, se debe aplicar un conjunto de principios totalmente diferente.

Si confundimos ambos, los resultados solamente pueden ser calamitosos. llustremos lo que acabamos de decir.

Si el pasaje que estemos estudiando trata de la deidad de Cristo, o de Su humanidad inmaculada, o de Su sacrificio vicario, o de Su resurreccion corporal, no existe lugar a la diferencia de opinión. Estas son verdades innegociables de la fe cristiana, y el compromiso acerca de ellas es imposible. Pensemos acerca de algunas de las inmutables leyes morales de Dios.

1. Siempre es malo cometer adulterio.

2. Siempre es pecaminoso mentir y hurtar.

3. La idolatría en todas sus formas está prohibida en las Escrituras.

4. Tanto en ésta como en muchas áreas similares, no pueden haber excusas, ni paliación, ni mejoramiento, ni suavidad.

5. Tenemos que mantenemos de una manera inequívoca con Dios en contra de estas maldades.

Pero hay otros asuntos en la vida cristiana que los tenemos como asuntos moralmente indiferentes debido a que, en sí mismos, no son ni buenos ni malos. Los principales ejemplos en el Nuevo Testamento son:

1. Comer alimentos que hayan sido ofrecidos a ídolos.

2. La observancia de los días.

3. Comer carne (en contraste a comer solamente vegetales).

4. Beber vino.

5. Comer alimentos que eran inmundos bajo la ley de Moisés.

6. Métodos de servicio cristiano.

Cuando llegamos a pasajes que tratan de estos temas, hallamos lugar para diferencias de opinión.

Hay lugar para una cierta discrepancia de criterio.

Con respecto a los alimentos que habían sido ofrecido a los ídolos, los principales pasajes son 1 Corintios 8: l-8 Y 1 Corintios 10:14-30.

-El argumento de la ensefianza que hay en ellos es que no hay inconveniente en comer de ellos en tanto que el cristiano no participe en la fiesta en la que el alimento es ofrecido a los ídolos, en tanto que tenga la conciencia limpia en cuanto a ello, y siempre que no haga tropezar a otras personas.

-Pero cuando Pablo dice que «todo me es lícito», tenemos que ver que él no está hablando acerca de todas las cosas, sin excepción alguna

-Se está refiriendo solamente al tema de que trata: asuntos de indiferencia moral.

-Si no se ve esto, ¡se podría adoptar la grosera interpretación de que Pablo aprobaría la inmoralidad!

El capítulo 14 de Romanos trata del asunto de la observancia de los días, de comer carne (en contraste a solamente los vegetales), y a beber vino.

Entre otras pautas que Pablo señala se halla ésta:

«Que uno esté plenamente convencido en su propia mente».

• Ahora, si se toma esto fuera de contexto y se aplica a doctrinas tales como la inspiración de la Biblia o a la salvación por gracia a través de la fe, se entra en serios problemas.

• Es imperativo ver que los principios establecidos en Romanos 14 tratan solamente acerca de asuntos que por sí mismos no son ni blancos ni negros.

• Otra afirmación que se halla en Romanos 14:14 tiene que ser comprendida de esta misma manera: «Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo ... » Pablo bien sabía, como nosotros, que hay cosas que si son inmundas, pero aquí está hablando tan solamente de alimentos como el tocino, los camarones, o el conejo, que eran inmundos bajo el régimen del Antiguo Testamento.

• En Tito 1, Pablo dedica una considerable atención a aquellos falsos maestros que estaban intentando poner a los creyentes cristianos bajo la ley de Moisés.

• En el versículo 15 el apóstol dice: Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.

Ahora, debería quedar claro que, cuando Pablo dice, "todas las cosas son puras para los puros», no está ahí afirmando una verdad universal, sino que se está refiriendo a temas tales como los de las carnes que habían sido condenadas como inmundas por Moisés. En esta edad de gracia, para el cristiano, todos los alimentos que Dios ha provisto para el consumo humano son puros. 

Las etiquetas "kosher" (limpio) y «no- kosher» (inmundo) ya no rigen.

En el asunto del servicio cristiano hay lugar para la acomodación de ciertas diferencias culturales y costumbres de las personas.

Así, en 1 Corintios 9: 19- 23, Pablo nos habla de cómo se identificaba él con sus oyentes (naturalmente, sin sacrificar ninguna verdad básica ni comprometiendo su lealtad a Cristo). 

Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judios; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no este sujeto, a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que estan sujetos a la ley; a los que están sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), Ganar a los que están sin ley. Me he hecho como débil a la débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que de todos modos salve a algunos. Y ,esto hago por causa del evangelio, para hacerme coparticipe de él. 

Pero cuando Pablo dice "a todos me he hecho todo, para que de todos modos salve a algunos", 
!No hay ninguna sugerencia de que jamás comprometió las verdades del evangelio ni de que participara en ninguna actividad pecaminosa. 
Allí donde fuera posible hacer una concesión sin sacrificar la verdad (como en la circuncisión de Timoteo. Hch. 16:3), él hizo esta concesión a fin de dar mayor alcance a su mensaje. 

Pero allí donde se trataba de la verdad de la salvación por la gracia aparte de las obras de la Ley (como en la controversia acerca de circuncidar a Tito, Gá. 2:1-5), Pablo nunca cedió ni un milímetro. 

El estudiante de la Biblia debería aprender a detectar estos pasajes que tratan de materias que no son vitales y debería darse cuenta de que los principios que ahí se hallan no pueden ser aplicados a verdades básica ni a leyes inmutables. Esto le librará de llegar a aplicaciones grotescas y/o absurdas de la Palabra.

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