jueves, 30 de septiembre de 2021

Romanos 6:1-10 (Biblia de bosquejos y sermones Tomo 7 "Romanos")



IV. SANTIDAD Y SANTIFICACIÓN:

EL CAMINO PARA QUE EL CREYENTE SEA LIBERADO DEL PECADO, 6:1-23


A. El creyente no persevera en el pecado (Parte 1):

debe conocer su posición en Cristo, 6:1·10

(6: 1- 1 O) lntroducción-santidad:

El creyente justificado (a quien la fe ha sido contada por justicia, Ro. 3:21-5:21) debe permitir que su justicia obre la santidad (Ro. 6: 19).
El creyente debe vivir una vida santa y llegar a ser un siervo de la justicia.
Una persona genuinamente salvada no puede abusar de la misericordia de Dios.
No puede andar en el pecado; no puede convertir el pecar en un hábito.
Hacerlo así sería pisotear la misericordia de Dios y burlarse de la gracia de Dios.
Equivale a decir que la gracia de Dios da a una persona licencia para pecar, y esto es una contradicción de términos; tan contradictorio como decir que el que está muerto está vivo.
El camino para que el hombre rompa el hábito de pecar es que conozca la posición gloriosa que podemos tener en Cristo.

Una cosa es cierta: 
cada creyente debiera conocer definitivamente la posición que tiene en Cristo.
ESO REVOLUCIONARÁ SU VIDA.

Ahora consideremos el punto central del pasaje.

El creyente debe conocer su verdadera posición en Cristo.
El conocimiento de su posición le ayudará a guardarse del pecado.
Note la palabra «saber» que se usa tres veces (Ro. 6:3, 6, 9).
 El creyente y la cuestión del libertinaje (vv. 1-2)
  1. Saber 1°: Por posición, el creyente ha sido bautizado, injertado en Cristo (vv. 3-5).
  2. Saber 2°: Por posición, el viejo hombre del creyente fue crucificado con Cristo (vv. 6-7).
  3. Saber 3°: Por posición, el creyente vive con Cristo, desde ahora y para siempre (vv. 8-l 0).

I- (6: 1-2) Libertinaje-gracia vs. ley-pecado:
El creyente y la cuestión del libertinaje. Note tres cosas.

l. La gracia de Dios, ¿da a una persona libertad para pecar? ¿Puede una persona seguir su camino, hacer lo que se le antoja y esperar que Dios lo perdone? La gracia es el favor inmerecido de Dios. Significa que Dios acepta libremente a una persona y le perdona sus pecados; que Él justifica gratuitamente a una persona por la fe.
Hay dos cosas que preocupan a mucha gente respecto de la enseñanza de la salvación por gracia y solamente por la gracia.

1º- La gracia parece dar libre curso al pecado, y parece no poner restricción alguna al pecado.
  • Con frecuencia estos son los pensamientos del hombre común, aun de los creyentes.
  • Existe el sentimiento de que sí somos perdonados por la gracia y no por la ley y haciendo el bien, entonces no importa mucho el pecado. 
  • No tenemos que preocuparnos demasiado por la ley de Dios y la justicia, sólo si hacemos una buena cantidad de cosas buenas. 
  • Podemos hacer lo que queramos, porque Dios nos va a perdonar de todos modos, Dios es misericordioso, amante y bueno, por lo tanto, Él va a perdonar nuestros pecados sin importar lo que hagamos. 
  • Cristo murió por nuestros pecados. Todo lo que tenemos que hacer es pedirle y Él nos perdonará.

2º- La gracia parece estimular el pecado. 
  • Pablo acaba de decir que la gracia es más fuerte que el pecado (Ro. 5:15-21, esp. 20-21). 
  • La gracia de Dios es tan fuerte que puede perdonar cualquier pecado, no importa cuán terrible sea. 
  • En efecto, mientras más grande el pecado, mayor es la gracia de Dios. 
  • Cuando un gran pecador es perdonado, la gracia de Dios es magnificada mucho más que cuando se arrepiente y es perdonada una persona moralmente buena. 
  • Como se ha dicho, mientras más grande el pecado o el pecador, más es magnificada y glorificada la gracia de Dios. 

Ahora, note: algunos teólogos y filósofos, en particular los que enfatizan la ley, llevan este argumento aun más lejos en su posición contra la gracia. 
No cabe dudas que los legalistas que perseguían y combatían a Pablo, hicieron repetidas veces esta pregunta a Pablo, sin entender la maravillosa gracia de Dios.
Argumentaban que, si el perdón es por la gracia, ¿no resulta que el pecado es una buena cosa? 
¿No debiéramos seguir en pecado para que Dios tenga más oportunidad de mostrar su gracia y ser mayormente magnificado y glorificado?


2.La respuesta de Pablo es de una justa indignación:
 «¡De ninguna manera!» ¡Afuera con ese pensamiento! 
Lejos esté de nosotros que pensemos tal cosa, especialmente como creyentes.

3. La posición del creyente en Cristo muestra la completa imposibilidad de que un creyente verdadero continúe en el pecado. 
La palabra «continúe» significa practicar o ceder habitualmente al pecado. 
Un verdadero creyente ya no practica el pecado y no cede al pecado. 
No puede vivir sin pecado, no completamente, pero ya no vive en pecado. 
El verdadero creyente está muerto al pecado, y un hombre muerto no puede hacer nada: no puede pensar, hablar ni moverse. 
¿Cómo podría un hombre muerto seguir viviendo en el pecado? 
¡Es completamente imposible! ¡Es completamente contrario a la naturaleza! 
Posicionalmente, el verdadero creyente ha muerto al yo y ha sido plantado en Cristo a fin de que viva para Él. 
Ahora posee naturaleza divina, la naturaleza de Dios mismo (2 P. 1:4). Ha sido plantado y puesto 
en Cristo, lo cual significa que está muerto al yo y vive para Dios.

¿Cómo puede atreverse a pensar que puede ir adelante y seguir pecando porque Dios lo perdonará de todos modos? 

Note otro hecho: cuando un hombre se vuelve a Dios, se aparta del pecado. 
Es una contradicción decir que cuando un hombre se vuelve a Dios se vuelve a pecar más y más. 
La gracia de Dios no acerca al hombre a Dios para que sea libre de pecar más; la gracia de Dios acerca al hombre a Dios para que sea libre del pecado, de su culpa y del juicio. 
La gracia de Dios no da licencia para pecar. 
Sería como si un muerto pudiera andar por ahí y pecara. 


II (6:3-5) Muerte de Jesucristo-el creyente-posición en Cristo:

El creyente ha sido sumergido o plantado en Jesucristo. 
Esta es la primera cosa que el creyente debiera saber acerca de su posición en Cristo. 
Esta es una de las verdades más gloriosas de todas las Escrituras. 
Sin embargo, ha habido tanta controversia sobre lo que se quiere decir aquí por bautismo, que el glorioso sentido que tiene con frecuencia ha sido pasado por alto. 
 Los cristianos en todo lugar están de acuerdo en que el bautismo es un cuadro de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. 
Cuando un creyente verdadero es sumergido, está proclamando al mundo que se ha identificado con Cristo: 
  • al ser puesto bajo el agua, está proclamando que ha muerto y ha sido sepultado con Cristo. 
  • al salir del agua, está proclamando que ha sido resucitado de entre los muertos con Cristo para vivir una nueva vida.

Ahora note tres puntos gloriosos.

l. El creyente es sumergido, puesto dentro, o identificado con Cristo en su muerte. Esta es la posición del creyente en Cristo. En términos muy sencillos, si el creyente realmente murió cuando Cristo murió, entonces está muerto al pecado y está libre del pecado, su culpa y su castigo.

¡Qué glorioso don de Dios! ¡Qué gloriosa posición recibe de la maravillosa gracia de Dios!

Lo que ocurre es esto.

Cuando una persona realmente cree en Cristo, 
entonces Dios toma la fe de esa persona 
y la cuenta como la muerte de Cristo.

Esto es, Dios cuenta a la persona como habiendo muerto en Cristo.

Dios toma la fe de esa persona (y el bautismo, como se declara en este pasaje) y cuenta a esa persona como participante en la muerte de Cristo. Dios cuenta y considera a la persona como ...
  • que ha muerto en la muerte de Cristo.
  • que ha sido puesta en la muerte de Cristo.
  • identificada con la muerte de Cristo.
  • participante de la muerte de Cristo.
  • unida con Cristo en su muerte.
Cuando una persona verdaderamente honra al Hijo de Dios confiando en Él, Dios honra a esa persona y lo pone espiritualmente en la muerte de Cristo.

¿Qué es lo que hace que Dios haga tanto por el creyente?

Simplemente, su amor por su Hijo.
Dios ama tanto a su Hijo que hará cualquier cosa en favor de la persona que honra a su Hijo creyendo y confiando en Él.

Ahora, note el centro de todo esto: si el creyente es contado por Dios como inmerso en la muerte de Cristo, entonces el creyente ...
  • ha muerto al pecado.
  • es libre del pecado.
  • ha muerto a la pena del pecado.
  • está libre de la pena del pecado.
  • ha muerto al juicio del pecado.
  • está libre del juicio del pecado.

Esto significa que la soberanía de las costumbres y deseos ya no tienen control sobre nosotros. El pecado deja de tener lugar o posición en nuestras vidas. Somos libres del pecado, libres de ...
  • las costumbres del pecado.
  • la esclavitud del pecado.
  • el control del pecado.
  • la soberanía del pecado.
  • el cautiverio del pecado.
  • la culpa del pecado.
Esto significa que ya no vivimos <<en el pecado>>, en la posición y lugar del pecado.

No podemos vivir sin pecado, no en forma perfecta, pero estamos libres de vivir <<en el pecado>>.

Ya no practicamos ni deseamos el pecado. Deseamos y practicamos la justicia, buscando agradar a Dios en todo lo que hacemos. Y tan glorioso como es esto, significa que estamos libres de la condenación del pecado, el terrible castigo que será infligido el terrible día del juicio.

Esta es la posición del creyente en Cristo.

Está sumergido, sepultado, puesto en, identificado con Cristo en su muerte.

Habiendo muerto, el creyente nunca tiene que estar BAJO EL DOMINIO Y EL REINO del pecado y su juicio. Él comparte la muerte de Cristo, unido a Cristo en su muerte; por eso, está muerto al pecado y todos sus efectos.

Sin embargo, note un punto crucial.

Un creyente verdadero es una persona que cree verdaderamente. Significa sencillamente que se arrepiente, confiesa, obedece y es bautizado.

Es esta persona a la que Dios cuenta como habiendo muerto en Cristo.

Esta es la gloriosa posición del verdadero creyente.

«¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados
en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte.
(Ro.6:3)

«Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él,
para que el cuerpo del pecado sea destruido,
a fin de que ya no sirvamos al pecado
(Ro.6:6)

«Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos nos dio a beber de un mismo Espíritu
(1 Co.12:13)

Porque nosotros que vivimos, siempre estamos
entregados a muerte por causa de Jesús, para que
también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal
(2 Co. 4:11)

..Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,

 mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne,

lo vivo en la re del Hijo de Dios,

el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(Gál 6. 2:20)

 

Porque todos los que habéis sido bautizados en

Cristo, de Cristo fuisteis revestidos

 (Gál 6. 3:27)

 

2. El creyente es sumergido, puesto dentro, o identificado con Cristo en su resurrección.

El mismo cuadro del bautismo es usado nuevamente para hacer que llegue al corazón esta gloriosa verdad. Dios cuenta al creyente bautizado como resucitado en Cristo.

Dios toma la fe del creyente (y su bautismo, como se afirma en este pasaje) y cuenta a la persona como participante en la resurrección de Cristo.

Cuenta y considera a la persona ...

·         resucitada en la resurrección de Cristo.

·         plantada en la resurrección de Cristo.

·         identificada con la resurrección de Cristo.

·         como participante de la resurrección de Cristo.

·         en unión con la resurrección de Cristo.

·         unida con Cristo en su resurrección.

·         Note dos hechos significativos.

 a.        Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre.

·         Esto nos dice cómo ocurrió nuestra gloriosa posición en Cristo.

·         Ocurrió por la gloria y el poder de Dios. La «gloria» (doxa) de Dios son todas las excelencias de Dios; todo lo que Él es en su autoridad y poder. amor y gracia, compasión y misericordia.

·         Son todos sus atributos: su omnipotencia (todo poder), omnisciencia (todo conocimiento), omnipresencia (estar en todo lugar), y soberanía.

·         En este pasaje en particular se refiere primariamente a su glorioso poder.

·         Fue la gloria de su poder lo que resucitó a Jesús de entre los muertos, y es por la gloria de su poder que NOS PONE Y DA UNA POSICIÓN en Cristo.


.. Y Dios, que levantó al Señor, también a

nosotros nos levantan con su poder.

(1 Co. 6:14).

 

..Porque aunque fue crucificado en debilidad,

vive por el poder de Dios

(2 Co. 13:4).

 b.       El propósito de resucitamos con Cristo es dinámico y significativo.

·  Involucra el caminar en una nueva vida.
·  La palabra «Caminar» (peripateo) significa caminar, andar paso a paso, controlar y ordenar nuestra conducta, andar constante y habitualmente en «novedad de vida».
·  Piense al respecto por un momento. 
  • Cuando Cristo murió, puso de lado su vieja vida y la dejó detrás:
  • Por lo tanto, cuando resucitó, tomo una vida completamente nueva, una vida cambiada, una vida resucitada.
·  Es una nueva vida, una vida cambiada y resucitada la que nos es dada.
·  En la Biblia, la palabra <<nueva>> con frecuencia lleva la idea de pureza, justicia, santidad, piedad. El creyente ...

§  recibe un «nuevo nacimiento» (1 P. 1 :23; 2:2).

§  recibe un «nuevo corazón» (Ez. 11: 19; 18:31).

§  llega a ser una «nueva criatura» (2 Co. 5: 17; Gá. 6:15).

§  llega a ser un «nuevo hombre» (Ef. 4:24; Col.3:10).

 

El propósito de Dios al ponernos en la vida resucitada de Jesucristo es que podamos andar en Cristo, andar prudente, justa y piadosamente en este mundo.

El verdadero creyente se despoja del viejo hombre de pecado y se viste del nuevo hombre en justicia y piedad.

Vive una vida pura, limpia y santa.

«Sepultados con Él en el bautismo, en el cual

fuisteis también resucitados con Él, mediante la fe

en el poder de Dios que le levantó de los muertos

(Col. 1:12).

 

«[Que sepáis cuál es] la supereminente grandeza

de su poder para con nosotros los que creemos,

según la operación del poder de su fuerza, la cual

operó en Cristo, resucit6ndole de los muertos y

sentándole a su diestra en Ios lugares celestiales•

(Ef. 1:19-20}.

 

Digo, pues: Andad en el Espíritu,

y no satisfagáis los deseos de la carne

(Gál 6. 5:16).

 

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis

como es digno de la vocación con que fuisteis llamados

(Ef. 4:1)

 

Por tanto, de la manera que habéis recibido al

Señor Jesucristo, andad en Él

(Col. 1:6)

 

3.El creyente es sumergido. puesto en, o identificado con la más gloriosa esperanza: que será plantado (sumergido) en la semejanza misma de la resurrección de Jesús.

Esto sencillamente significa que ...

como Jesús fue resucitado a una nueva vida,

así también el creyente lo será.

 

«Aun estando nosotros muertos en pecados

(Dios), nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos}, 

y juntamente con él nos resucitó,

y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales

con Cristo Jesús

(Ef. 1:5-6).

 

«SI, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad

las cosas de arriba, donde est6 Cristo sentado a la

diestra de Dios

(Col. 3:1).

 

Como Jesús fue resucitado para vivir con Dios, así también el creyente lo será.


En la casa de mi Padre muchas moradas hay;

si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; 

voy, pues, apreparar lugar para vosotros, 

y si me fuere y ospreparare lugar, vendré otra vez, 

y os tomaré a mímismo, para que donde yo estoy, 

vosotros también estéis

 (Juan 14:2-3)

 

Porque el Señor mismo con voz de areúgel, y

con trompeta de Dios, descender6 del cielo; y los

muertos en Cristo resuc:ltadn primero. Luego

nosotros los que vivimos, los que bayamos quedado,

seremos arrebatados juntamente con ellos en las

nubes para recibir al Señor en el aire, y asf esta-

remos siempre con el Señor

(1 Tes. 4:16·17)

 

Palabra fiel es esta: SI somos muertos con él,

también viviremos con él

(1 Ti. 2:11).

 


III (6:6-7) Viejo hombre-cuerpo de pecado-el creyente, crucificado con Cristo:

El viejo hombre del creyente fue rucificado con Cristo. 

Esta es la segunda cosa que el creyente debe saber acerca de su posición en Cristo. 

EL griego definitivamente usa el pretérito; «Nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo». 

Fue un acto definitivo realizado por Cristo mismo.

Llevó nuestro <<viejo hombre>> a la cruz consigo cuando Él murió.

El <<viejo hombre>> significa ...

·         nuestro viejo yo.

·         nuestra naturaleza corrupta.

·         nuestra vida vieja. 

·         nuestra naturaleza depravada.

·         nuestro yo pecaminoso.

·         nuestra naturaleza no regenerada.

·         nuestra vida pecaminosa.

·         nuestra naturaleza pecaminosa.


Nuestro «viejo hombre,. significa nuestra vieja vida sin Dios, la antigua vida pecaminosa que es sumergida o identificada con Cristo en su muerte. Nótense tres hechos.

 

l. El viejo hombre fue crucificado de modo que <<el cuerpo de pecado» pueda ser destruido. El «cuerpo de pecado» no es plural (pecados) sino singular (pecado). El pecado es visto como un cuerpo, todo un paquete. El cuerpo humano es visto como el asiento del pecado y como el instrumento del pecado. Es visto

como que contiene, incorpora y envuelve todo el pecado dentro de sf. La idea es que todo pecado dentro de un creyente es destruido, vencido, perdonado y crucificado con Cristo. El creyente es liberado del pecado, comienza de nuevo, y queda limpio y libre del pecado, caminando en una confesión constante

y en comunión delante de Dios ( 1 J n. 1 :9).


«Y decía a todos: SI alguno quiere venir en pos de mí, 

niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame

(Luc. 9:23)

 

«Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre 

fue crucificado juntamente con Él, 

para que el cuerpo del pecado sea destruido, 

a fin de que no sirvamos mas al pecado

(Ro. 6:6)

 

«Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; 

somos contados como ovejas de matadero»

(Ro. 8:36)

 

«Porque nosotros que vivimos, siempre estamos

entregados a muerte por causa de Jesús, para que también

la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos»

(2 Co. 4:11)

 

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no

vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la

carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se

entregó a sf mismo por mf,.

(Gál 2:20).

 

«Palabra fiel es esta: SI somos muertos con él, también

viviremos con él»

(2 TI. 2:11).

 

2. El viejo hombre fue crucificado a fin de capacitar y dar poder al creyente para renunciar al pecado. El creyente no debe servir al pecado; tiene que renunciar al pecado, sabiendo que ha sido crucificado y puesto a muerte en Cristo. Por el poder de la cruz, el pecado no debe ser servido; hay que ...

·         renunciarlo.

·         rehusarlo.

·         rechazarlo.

·         decirle que no.

·         repudiarlo.

·         vencerlo.

«Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre 

fue crucificado juntamente con él,

para que el cuerpo del pecado sea destruido, 

a fin de que no sirvamos más al pecado»

(Ro. 6:6).

 

cAsf también vosotros consideraos muertos al pecado, 

pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor

nuestro

 (Ro. 6:11)

 

«Pero los que son de Cristo han crucificado la

carne con sus pasiones y deseos»

(Gál 5:24)

 

«Porque habéis muerto, 

y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios .... 

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: 

fornicación, Impureza, pasiones desordenadas, malos deseos 

y avaricia que es ldolatría..

(Col. 3:3, S)

 

«Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, 

para que nosotros, estando muertos a los pecados, 

vivamos a lo justicia; 

y por cuya herida fuisteis sanados

(1 P. 2:24)

 

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en

la carne, vosotros también armaos del mismo

pensamiento; pues quien ha padecido en la carne,

terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que

resta en la carne, conforme a las concupiscencias

de los hombres, sino conforme a la voluntad de

Dios..

 (1 P. 4:1-2)

 

3 La más clara de todas las ilustraciones es dada para mostrar la posición del creyente en Cristo. No ha de servir al pecado porque está muerto; ha sido crucificado con Cristo. Y el hombre muerto ha sido liberado del pecado. Cuando creemos que Jesús murió por nuestros pecados, nuestra creencia es contada como justicia; nuestra creencia nos hace aceptables ante Dios de una vez por todas. Y hace algo más que es tan maravilloso: nos da un acceso constante a la presencia de Dios mientras caminamos día en día.

Esto significa que a medida que recogemos las inmundicias de este mundo y fracasamos aquí y allí, podemos venir constantemente ante Dios y pedirle perdón; y cuando pedimos, Él perdona.

Esta es la forma en que somos liberados del pecado: andando constantemente en confesión abierta ante Dios, orando todo el día por su perdón. Y como Él promete, siempre nos perdona ( 1 Jn. 1:9). ¿Por qué hace Dios una cosa tan gloriosa como liberarnos del pecado eternamente?

·         Porque honramos a su Hijo confiando en que la muerte de Cristo nos libera del pecado.

·         Porque Él ama a su Hijo y honrará a cualquier hombre que de ese modo confíe en su Hijo. Honrará a dicho hombre haciendo exactamente lo que ese hombre cree.Si un hombre honra a Cristo creyendo que está libre del pecado por la muerte de Cristo, entonces Dios considera a ese hombre liberado del pecado.


«En quien tenemos redención por su sangre, 

el perdón de pecados según las riquezas de su gracia•

(Ef. 1:7)


«SI confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo

para perdonar nuestros pecados, 

y limpiarnos de toda maldad

(1 Jn. 1:9)


«Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; 

y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, 

a Jesucristo el justo. 

Y él es la propiciación por nuestros pecados; 

y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo»

(1 Jn. 2:1-2)


«Por tanto, de la manera que habéis recibido al

Señor Jesucristo, andad en Él

(Col. 2:6).


«Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, 

como está escrito: 

mas el justo vivirá por la fe.. 

(Ro. 1:17)


 

Esta es la gloriosa posición del creyente en Cristo: su viejo hombre «fue crucificado» con Cristo con el fin de librarlo del pecado. Note una verdad altamente gloriosa y sorprendente: todo es a través de la muerte de Cristo. Nuestra salvación es a través de la muerte del querido Hijo de Dios.
 
lV (6:8-10) El creyente, posición en Cristo-esperanza-
Jesucristo, resurrección: tercero, el creyente vivirá con Cristo ahora y para siempre. Esta es la tercera cosa que el creyente debe saber acerca de su posición en Cristo. Sabemos y poseemos una
absoluta seguridad y confianza de que «Viviremos con Cristo>>.

La idea es que viviremos eternamente con Él. 

¿Qué es lo que nos da tal creencia y esa seguridad absoluta?


l. Cristo ha vencido la muerte de una vez para siempre.

Piense en ello. Cristo ya ha muerto. Ahora tenemos que saber ...

·         «que Cristo habiendo resucitado de entre los muertosya no muere».

·         «que la muerte ya no tiene dominio sobre Él».

 Él está liberado de la muerte.

 «Ahora ha sido manifestada [el propósito y la

gracia de Dios] por la aparición de nuestro Salva-

dor Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz

la vida y la Inmortalidad por el evangelio

 (2 TI.1:10).


«Asf que, por cuanto los hijos participaron de

carne y sangre, él también participó de lo mismo,

para destruir por medio de la muerte al que tenía

el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar

a todos los que por el temor de la muerte estaban

toda la vida sujetos a servidumbre..

(He. 2:14-15).

 

«Porque Cristo también padeció una sola vez por los pecados,

el justo por los injustos, para llevarnos a Dios

siendo ala verdad muerto en la carne, pero

vivificado en espíritu

(1 P. 3:18).

 

2. Cristo ahora vive por siempre para Dios. Debemos saber...

que son salvos ...

·         que Cristo murió al pecado una sola vez.

·         que Cristo ahora vive en la presencia de Dios para siempre.

·         que Cristo vive pata Dios esto es, vive en una devoción y servicio inquebrantable a Dios.

 

El creyente debe vivir para Dios a través de toda la eternidad, comenzando ya ahora, desde el momento mismo de la conversión.

La muerte ya no tiene más dominio sobe él. Se ha sumergido o ha sido puesto dentro de la vida resucitada de Cristo. Es una persona eterna ahora; por lo tanto, tiene que vivir para Dios a partir de ahora mismo, como vivirá para Dios a través de toda la eternidad.

 

 

Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo

el mundo, y voy al Padre

 (Jn. 16:28)

 

Y ya no estoy en el mundo; mas éstos está en el

mundo, Y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado,

guárdalos en tu nombre para que sean uno

así como nosotros

Juan 17:11

 

Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos,

 fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.

 (Mr. 16:19).

 

“Pero desde ahora el Hijo del Hombre

se sentará a la diestra del poder de Dios.”

(Lc. 22:69)

 

La cual oper en Cristo, resucltándole de los

muertos y sentándole asa diestra en los lugares celestiales•

(Ef.1:20)

 

“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,

haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,

y le dio un nombre que es sobre todo nombre,”

 (Fil. 2:8·9).

 

«Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre

un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios

 (He. 10:12).

 

Pensamiento. Esto significa, por cierto, que nosotros también estaremos viviendo continuamente y para siempre en una devoción y servício ininterrumpido a Dios.

 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo,

 que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,

no se pierda, mas tenga vida eterna.”

(Juan 3:16)

 

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió,

tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,

mas ha pasado de muerte a vida.”

(Juan 5:24)

 

“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy,

también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado;

porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”

(Juan 17:24)

 


“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto:
que si uno murió por todos, luego todos murieron;
y por todos murió, para que los que viven,
ya no vivan para sí,
sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
(2 Corintios 5:14–15)

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Romanos 6:14


 

La promesa a través de la fe (4: 13-25)

 


Construyendo de nuevo su antítesis entre el plan original de la promesa de Dios y la ley específica de Israel (Romanos 4: 13-15; cf. Gálatas 3: 17-19), Pablo argumenta que si la justicia vino por la fe en la promesa, la ley (como la circuncisión que la prefiguraba) no es lo que se necesita para lograrlo. Varios pensadores judíos destacaron algunos pactos bíblicos mientras minimizaban otros, por lo que el tratamiento de Pablo de la ley de Moisés como una fase entre la promesa abrahámica y el nuevo pacto no fue más idiosincrásico que algunos otros tratamientos del día.10 Las Escrituras prometieron a Abraham “la tierra” ( haaretz), pero en hebreo esto podría significar una tierra específica o la tierra, y en los días de Pablo, los pensadores judíos a menudo aplicaban la promesa al mundo en su conjunto, o incluso a heredar el mundo por venir.11 Cuando Pablo habla en otra parte de “ heredar ”, como aquí (4:13), a menudo lo usa en el idioma de la vida de la era venidera (Rom 8:17; 1 Cor 6: 9-10; 15:50; Gál 5:21) .12 Así como la fe no invalida la ley (Romanos 3:31), así en 4:14 la ley no puede invalidar la fe y la promesa, lo que también amenazaría la Escritura y el pacto de Dios (cf. Gálatas 3: 17-18). Para Pablo, la función de la ley (en este contexto) es revelar fallas en el cumplimiento de la norma de Dios en lugar de considerar justicia (Romanos 4:15).

En 4:16, Pablo vuelve nuevamente al tema clave que motiva su argumento: el único camino de justicia de Dios no es solo para los que son de la ley (israelitas circuncidados), sino para los que son de fe como Abraham, todos sus descendientes espirituales, judíos y gentiles.13 Si bien no cita la bendición de todas las naciones en Abraham aquí (como en Gálatas 3: 8; Génesis 12: 3; 18:18; 22:18), cita a Abraham como padre de muchas naciones (Génesis 17 : 4-6; Rom 4:17). Aunque por sí misma esa promesa podría significar padre de ismaelitas, edomitas, madianitas y otros descendientes étnicos, 14 Pablo la aplica a los herederos espirituales de Abraham. No todos esos descendientes físicos heredarían realmente el pacto (Génesis 17: 7-8; cf. Rom 9: 6-13, 25-29), mientras que Dios daría la bienvenida a aquellos con la fe de Abraham como él le dio la bienvenida a Abraham.15 Pablo lee las Escrituras, no sólo para la historia del pacto, pero devocionalmente para conocer y dar ejemplos de una relación dinámica con Dios.

Algunos han contrastado el modelo de fe de Abraham con la apostasía de la humanidad caída en Romanos 1:16.

Si Pablo tiene la intención de tal contraste, ayudaría a prepararse para el mayor contraste entre la fe de Abraham y la caída de la humanidad adámica en 5: 12-21.17

La afirmación de que Dios resucita a los muertos y crea cosas creativamente (4:17) 18 prepara la explicación de Pablo de la relevancia de la "fe de la resurrección" de Abraham para los creyentes posteriores (4:19, 24). Abraham mantuvo la esperanza a pesar de la desesperanza de la situación (4:18), tal como deben hacerlo los creyentes (5: 2-5; 8: 24-25). La naturaleza de la fe de Abraham instruiría a la audiencia de Pablo: mientras que algunos de ellos eran débiles en la fe (14: 1-2), el gran antepasado de Israel, Abraham, era fuerte en la fe (4: 19-20); así como él estaba “plenamente persuadido” (4:21), así deberían estarlo ellos (14: 5); así como él se negó a dudar (diakrinō; 4:20), así deberían hacerlo ellos (14:23). Asimismo, evitó la incredulidad (apistia; 4:20), en contraste con gran parte del Israel contemporáneo (3: 3; 11:20, 23). En contraste con aquellos que se negaron a glorificar a Dios incluso después de sus obras (1:21), Abraham lo glorificó antes del cumplimiento de su promesa (4:20), contando su palabra como cumplida (aunque reconoció plenamente su propio estado físico ; 4:19). Por tanto, Abraham es un ejemplo sorprendente de fe leal y obediente, y este es el tipo de fe que se contaba como justicia (4:22). Pablo no ofrece consuelo a aquellos, en su época (3: 8) o en los últimos siglos, que piensan que su visión de la fe salvadora es irrelevante para la vida, simplemente un asentimiento no probado a una proposición ampliamente compartida.

El objeto de la fe también es significativo. El tema repetido de la "promesa" aquí (4: 20-21; también 4: 13-14, 16) podría recordar a la audiencia de Pablo la importancia de confiar en el Mesías prometido (1: 2-4). La promesa de la "simiente" (descendientes; 4:18) puede apuntar a un elemento clave en la analogía de Pablo. Lo más importante en la analogía de Pablo es la fe de Abraham en el mensaje de Dios para él, pero ese mensaje presagió el evangelio de maneras clave. Así como la promesa de heredar "el mundo" (4:13) presagió el reino (es decir, el reino esperado del Mesías), la simiente prometida puede haber presagiado una simiente más particular (cf. Gálatas 3:16). Isaac era el hijo de la promesa (9: 8), pero su linaje también incluía una promesa posterior, la simiente de David (Rom 1: 3; cf. 2 Sam 7:12). Aquellos en Cristo reinarían con él (Rom. 5:17; cf. Dan. 7:14, 22).

Más específicamente, en 4:19, su fe en el Dios que podía vencer la "muerte" de su cuerpo19 y el vientre de Sara fue la fe de la resurrección (4:17) .20 Abraham modeló la fe no simplemente de manera abstracta, sino creyendo en una simiente prometida. y en resurrección; estos objetos ofrecieron un modelo concreto para los creyentes en la resurrección de Jesús (4:24).

Todo el tiempo, Pablo tiene en mente su objetivo de aplicar el texto a su audiencia, y lo dice claramente en 4: 23-24. Los eventos en la historia bíblica pueden haber ocurrido por el bien de aquellos involucrados en ellos, pero fueron escritos para que las generaciones posteriores aprendieran de su ejemplo (véase 15: 4; 1 Cor 10:11) .21 Ya hemos notado cómo Pablo da forma su relato de la historia de Abraham para prepararse para la fe de la resurrección en 4:24. En 4:25, Pablo resume su evangelio (basado en las Escrituras, cf. 1 Cor 15: 3-4). Pablo puede usar aquí cláusulas paralelas (dia + el acusativo = "a causa de") simplemente por efecto retórico, aunque la primera cláusula señala la causa que requiere la muerte de Jesús y la segunda el objetivo (por lo tanto, una causa última y teleológica) de su resurrección. .22 En vista de sus abundantes alusiones a Isaías en Romanos, su lenguaje en 4: 24–25 puede aludir al siervo sufriente de Isa 53: 5–12.23

El nuevo término de Pablo paraptōma ("transgresión") se prepara para los seis usos del término en 5: 15-20, mientras que el uso que hace Pablo del raro término dikaiōsis ("absolución") lo prepara para su único otro uso en 5:18 ( donde contrasta con paraptōma). La enseñanza de Pablo en las siguientes unidades parece concretar más explícitamente lo que significa la muerte de Jesús a causa del pecado, tanto en términos de que el martirio de Jesús apartó la ira de Dios (5: 9) y su perfecta obediencia en la muerte que revirtió la desobediencia de Adán (5: 18– 19).

Vida En Cristo y el Espíritu


 Liberado de la ley (7: 1–6)

Pablo se ha estado refiriendo a los creyentes que están siendo liberados de la esclavitud del pecado (6: 12-23), y ahora se refiere a su liberación de la ley (7: 1-6) .1 Aunque Pablo de ninguna manera equipara el pecado con la ley (7: 7). ), considera a este último como un instrumento que magnifica la responsabilidad y, por tanto, el poder del primero.

Comienza comparando al creyente con una esposa viuda. Él concede que la ley gobierna a una persona mientras uno vive (7: 1), pero se basa en el caso de que los creyentes han muerto (6: 2-11) .2 La muerte del esposo “libera” 3 a la esposa del “ ley ”de su esposo (7: 2-3). Algunas tradiciones judías describen a la Torá como la hija de Dios, la novia de Israel; 4 Pablo puede cambiar ligeramente esa imagen aquí para acomodar la unión de los creyentes con Cristo (cf.2 Corintios 11: 2). No es el marido de los creyentes el que ha muerto, sino los propios creyentes que han muerto (Rom 6: 2-11), por lo que ya no están casados ​​con la ley. Murieron con Cristo y, como su cuerpo (cf. Rm 12, 4-5), son su esposa. Aunque se explica explícitamente solo en Efesios 5: 28–31, Pablo probablemente ya infirió la identidad de la esposa y el cuerpo de Génesis 2:24, donde el esposo y la esposa constituyen una sola carne. Por lo tanto, en otra parte usa el lenguaje de Génesis 2:24 para el matrimonio espiritual del creyente con Cristo (1 Cor 6: 16-17). La analogía de Pablo no descuida la cuestión de cómo puede casarse una esposa muerta; los creyentes, muertos con Cristo a la existencia adámica, están unidos con Cristo resucitado. En lugar de producir descendencia física, esta unión da como resultado fruto (karpophoreō) para Dios (7: 4), en lugar de dar fruto para la muerte (7: 5; cf. el karpos, "fruto" o "resultado", de la vida y muerte en 6: 21-22).

Pablo argumenta que los creyentes ya no están "en la carne", gobernados por pasiones portadoras de muerte que operan en sus miembros corporales (7: 5). Esto se debe a que han muerto y ahora pertenecen a un "cuerpo" diferente, el cuerpo resucitado de Cristo (7: 4). (Pablo se basa en la noción de solidaridad con Cristo en 5: 12-21 y 6: 3-11.) 5 Los creyentes liberados de la ley siguen siendo siervos, pero siervos de Dios (cf. 6:22) que “sirven” ( douleuō) en "novedad" (7: 6). Esta "novedad" claramente evoca la novedad de vida de los creyentes con Cristo en 6: 4; contrasta con la “vejez” (7: 6) que evoca la vieja vida en el antiguo Adán en 6: 6. El "nuevo" camino entra en conflicto con los valores de la época actual (12: 2).

La nueva vida en 7: 6 es empoderada por el Espíritu en lugar de la "letra", un contraste que Pablo desarrollará más en 8: 2-4 (donde los creyentes cumplen la justicia por medio del Espíritu de Dios que les da poder en lugar de regulaciones externas). Pablo usa "letra" para los simples detalles escritos de la ley (los maestros judíos podrían enfocarse incluso en los detalles de la ortografía) en oposición a su corazón (2:27, 29) .6 Otro contexto donde él plantea el contraste (2 Cor 3: 6-7) sugiere que Pablo denigra el antiguo pacto solo a modo de comparación con el nuevo pacto, en el que el Espíritu prometido (escatológico) escribiría las leyes en los corazones del pueblo de Dios (mezclando Jeremías 31: 31-34 con Ezequiel 36 : 26-27; cf.Rom 8: 2) .7 En 7: 5-6 Pablo establece el contraste que desarrollará entre la vida bajo la ley y la muerte en la carne (7: 7-25; como en 7: 5) y vida en el Espíritu (8: 1-17; como en 7: 6).

Excursus: Pablo y la ley en Romanos

En 5: 12-21 y 8: 2-9, Pablo contrasta la vida en Adán y en la carne con la vida en Cristo y en el Espíritu. En estos y otros pasajes, Paul emplea conjuntos antitéticos, a veces mezclando elementos de un conjunto al azar con otros elementos del conjunto en sus antítesis.

Así, Pablo contrasta el pecado y la justicia, la muerte y la vida, la condenación y la absolución, la esclavitud y la libertad (aunque este par puede invertirse).

Sin embargo, ocasionalmente también menciona la ley en este contraste y la coloca en el lado del pecado / muerte del libro mayor. No es de extrañar que el sorprendido interlocutor objete: "¿Es pecado la ley?" (7: 7). Pero la ley escrita es buena; fue simplemente una solución parcial para la humanidad en Adán, sin embargo, hasta que su sustancia más completa pudiera inscribirse en corazones transformados (8: 2). Dios dio las estipulaciones de la ley justa para identificar y restringir el pecado, pero por sí solas no cambiarían el corazón. La ley no era pecado, sino simplemente un catalizador que amplificaba la pecaminosidad (4:15; 5:13, 20; 6:14; 7: 5, 7); el pecado lo explotó. Sin Cristo, la ley solo podría informar, pero el Espíritu transformaría.

Para Pablo, la ley es buena (7:12, 14); el problema no es la ley, sino la carne, cuya ley fue diseñada para controlar, no para transformar (8: 3) .8 Sin embargo, las regulaciones de la ley señalaron al pueblo de Dios hacia su justicia. Cuando se abordó de la manera correcta, como mensaje y testimonio de Dios en lugar de un estándar a alcanzar, la ley apoyó la verdad del evangelio (3:31; 10: 6–8). Por lo tanto, la ley debe abordarse por fe en lugar de obras (es decir, confianza en Dios en lugar de carne, 3:27; 9: 31-32). Su contenido debe estar inscrito en el corazón por el Espíritu en lugar de depender de los esfuerzos de la carne (8: 2-4). Pablo enseña no solo verdades morales, sino incluso el camino del evangelio mismo, de la ley. Este enfoque de "fe" de la ley difiere, sin embargo, de los intentos de lograr la justicia por las obras (10: 3, 5-8). El estatus de la ley parece problemático con tanta frecuencia en Romanos precisamente porque es el abuso de la ley lo que más está en discusión. Si ese abuso hubiera representado realmente la intención de Dios, habría dejado a los nuevos conversos gentiles en una grave desventaja frente al pueblo judío educado con la ley.

Pablo a veces usa declaraciones deliberadamente provocativas sobre la ley (aún más en Gálatas que en Romanos) para su propósito retórico. No debemos usar tales declaraciones para resumir toda la teología de la ley de Pablo (o incluso asumir que, de sus cartas ocasionales, tenemos toda su teología de la ley). Menos aún debemos descartar todas las ideas a las que podríamos llegar de manera inductiva mediante el estudio del Pentateuco, basado en el enfoque de Pablo en contextos polémicos o pedagógicos específicos. Sin embargo, el punto de Pablo es fundamental: el simple hecho de conocer y, lo mejor posible, seguir la letra de los preceptos bíblicos no lo hace a uno justo. Más bien, el corazón de las Escrituras enseña acerca del Dios que misericordiosamente hace justo mediante sus propios actos salvadores. Por tanto, judíos y gentiles deben acercarse a Dios en los mismos términos, a través de los actos salvadores de Dios, que ahora están disponibles para ambos en Cristo. La ley no pretende ser un vehículo para la superación personal; tiene la intención de ser la revelación de Dios que nos señala su camino de justicia (3:21)