Por supuesto, algunos pecados son tan
graves que incluso el arrepentimiento sincero no puede borrar sus consecuencias
terrenales. Los pecados como el asesinato y el adulterio puede ser perdonado
por Dios en el sentido último y por los demás cristianos en el sentido de la
esperanza de la restauración de un pecador, pero el daño de tales pecados por
lo general no se puede deshacer en esta vida, y que las consecuencias tales
como el encarcelamiento o el divorcio podrían ser inevitables.
Efesios 4:32
En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos,
y PERDÓNENSE UNOS A OTROS,